Hacer acrobacias en una pestaña puede parecer más complicado de lo que es, pero a fin de cuentas se la puede remar. Para desmitificar el mundo, este blog-cajón de sastre con las crónicas de un acróbata mal pago.

lunes, 3 de diciembre de 2012

La cuarta pared boca arriba

ESCENA 1

[Al correrse el telón puede verse el living de una casa: sillones, mesa ratona, televisor infaltable. La puerta que conecta esa sala con el exterior se abre. Poe ella entra PEDRO, quien trae en su mano peluda un portafolios desgastado]

Pedro: Querida, llegué [deja el portafolios en uno de los sillones]

Laura: Hola amor.

[Pedro corre una de las cortinas de los ventanales. Luego, al darse vuelta observa que la cuarta pared se ha derrumbado. Mira un instante]

Pedro: Laura, ¿otra vez esos seres parásitos que nos miran sentados en fila desde el otro lado de la pared?

Laura: [cansada] Sí, están desde hace media hora sentándose y tosiendo. Ya ni quiero entrar a la sala.

Pedro mira cansado al suelo

Pedro: Es todo. Llamo al fumigador. Esos bichos voyeuristas me tienen harto. O mejor los fumigo yo

[Luego de extraer un rociador y acercarse a donde estaría la cuarta pared, rocía. Uno a uno caen al otro lado de la inexistente cuarta pared. Pedro se sienta en el sillón y prende la televisión. Cambia de canal insatisfecho constantemente]

Pedro: Sabés, Laura. Deberíamos ir al teatro uno de estos días. Para cortar con la rutina.

[Telón]

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